Envío el descargo de un profesor que está en una situación injusta, donde ya estaba en una situación irregular, ya que la designación de interino (sin concurso) debe sonar como irregular más allá del cobro del salario, y ahora paso a estar completamente irregular. Este caso se suma a la situación de los que trabajan por el honor y a todo lo malo que tiene la academia y que se debe corregir, donde poco se conoce públicamente y sale a la luz.
A quienes les toque, no bastardeen la situación de los que estudian y trabajan en la universidad.
Su descargo y demanada lo recibí por medio de dos fuentes indirectas (El Germen y un alumno de la univerasidad) que replico aquí.
CÓMO ME ECHARON DE LA FACULTAD DE CIENCIAS ECONÓMICAS DE LA UBA
Con este texto quiero informarles que fui echado de la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad de Buenos Aires, donde dictaba un curso de Desarrollo Económico desde el segundo cuatrimestre de 2005. En mi recibo de sueldo de marzo de 2010 figuraba con el cargo de Profesor Adjunto Interino Dedicación Parcial. Éste fue el último mes que cobré, porque a partir de ahí la Facultad no renovó mi designación. Nadie me informó de esta decisión, ni me dio razón alguna de ella. Debido a una confusión en la administración de mis cuentas personales (paradójica para alguien que estudia el capital), tardé en darme cuenta del problema. Finalmente el lunes pasado, y ante mi consulta, una empleada me explicó que desde marzo no figuro en la plantilla de docentes de la Facultad, porque mi designación no fue renovada. En una palabra, fui despedido, sin aviso.
Quisiera contextualizar brevemente este despido. Mi ingreso a la FCE fue conflictivo. Al parecer, y debido a que no tengo títulos académicos, el Consejo Superior encontraba extraordinariamente peligrosa, para la salud mental de los alumnos y de la ciencia, mi designación. La misma finalmente se produjo por apoyo del Departamento de Economía, de docentes, del sindicato y agrupaciones estudiantiles, y también, según me informaron, del entonces decano de la FCE. Aunque siempre con trabas. En una primera instancia –y cuando ya estaba al frente del curso– el Consejo Superior me nombró Docente Libre, sin salario. Planteé que si no cobraba, me iba de la facultad. Entonces me nombraron Docente Libre, con salario. Pero esto duró poco, porque en 2006 la Facultad no renovó mi designación. Como sucede ahora, tampoco en esa oportunidad me avisaron, ni me dieron razones. Los estudiantes, al enterarse, juntaron firmas –creo recordar que fueron más de 400– exigiendo que se confirmara mi nombramiento, y se me diera el salario correspondiente. Las autoridades del Departamento de Economía, finalmente, me explicaron que se había tratado de un error administrativo; y prometieron que me pagarían los meses que había dejado de cobrar. Al plantearles que de todas maneras sentía que estaba en una situación de extrema precariedad, me aseguraron que no era así, y que las cosas estaban regularizadas. Jamás cobré lo adeudado.
En los años que siguieron el curso de Desarrollo Económico que dicté junto a mis cuatro ayudantes, no fue cuestionado por las autoridades de la Carrera, ni por los estudiantes. En las encuestas que realiza el Departamento de Economía, y según me han informado, nunca salió mal parado. Varios alumnos me han manifestado que aprecian el hecho de que les ha ayudado a entender enfoques alternativos a los de la economía neoclásica dominante. También he dado clases en el Seminario sobre Mercados de Capitales, en la cátedra del profesor Nicolás Salvatore, que pertenece a la dirección de la Carrera. No tuve críticas por este desempeño, sino más bien lo contrario.
Dados estos antecedentes, ahora he planteado a la Dirección del Departamento de Economía que, en caso de que me vuelvan a nombrar, solo daré clases en el segundo cuatrimestre si antes de su inicio se me paga todo lo adeudado.
Sin embargo, esto no basta, porque necesito acabar con la situación de precariedad laboral en que me ha puesto la Facultad. No estoy dispuesto a seguir tolerando este maltrato y prepotencia. No puede ser que la Facultad eche a uno de sus empleados sin siquiera avisarle, o darle una razón de por qué lo hace. Tampoco es admisible que nadie se haga responsable. Esto no sucede ni en una empresa privada. Tampoco es posible que cada poco tiempo deba pasar por esta situación. No admito que ahora vengan a decir que se trató del error de un empleado.
Por lo tanto también exijo que se explique públicamente quién, o quiénes, tomaron esta decisión; y por qué razones lo hicieron. Es un mínimo requisito que debiera cumplirse en una Universidad que se pretende abierta, pluralista y transparente. Es también una condición para sentir que dejo de estar en la precariedad laboral.
En estos momentos muchos alumnos me están haciendo llegar su respaldo, e incluso su indignación ante lo sucedido. También lo están haciendo colegas docentes. Desde el exterior, docentes que se están enterando de mi despido de la FCE de Buenos Aires, preguntan si esto se debe a persecución ideológica, dadas mis ideas críticas de la economía neoclásica. Un buen número de estudiantes me ha manifestado su preocupación porque piensan que se está cerrando una cátedra que propone enfoques alternativos, y críticos, de los dominantes. Algunos se preguntan cuáles son los alcances reales de la proclamada apertura ideológica en la Carrera de Economía de la FCE.
A todos ellos, les estoy infinitamente agradecido por su solidaridad, comprensión y apoyo.
Rolando Astarita
30 de junio de 2010
2 comentarios:
Hola,
Les paso el blog del profesor marxista Rolando Astarita,
http://rolandoastarita.wordpress.com/
Fuerte abrazo, cumpa.
Eduardo.
agradecido por el dato, actualizaremos en los blogs asiduos.
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