En la ciudad de México DF entre el pasado 9 y 13
de noviembre se llevó a cabo la primera conferencia de historiadores del
pensamiento económico de Europa (European Society for the History of Economic
Thought) en conjunto con historiadores del pensamiento económico
latinoamericanos en la Universidad Nacional Autónoma de México. Bajo la
consigna “de la era colonial a la globalización: enfoques y reflexiones en la
historia del pensamiento económico” encontramos una gran diversidad de temas y
enfoques teóricos predominando los abordajes postkeynesiano (John m. Keynes y
Michal Kalecki) y Sraffiano (Piero Sraffa) como alternativas críticas a los
abordajes marginalistas desde lo económico y neoliberales desde lo político. Durante
la jornada estuvo centrada en los problemas del desarrollo en América Latina, en
la historia del pensamiento económico que rodea esta problemática (centrada principalmente
en autores mexicanos) y por supuesto, el tratamiento de la crisis actual. Afortunadamente
existieron presentaciones de argentinos y dos de ellas fueron seleccionadas
entre las nueve becadas.
Resulta interesante destacar esta integración
de historiadores de distintos continentes por varias razones: por un lado, la
dirección del evento es desde Europa hacia América Latina, en este sentido
comprendemos que parte del interés de los europeos en mirar la periferia se da
en el actual marco de crisis económica mundial. La ex presidenta de la asociación,
Maria Cristina Marcuzzo, bromeando en la presentación había señalado que las
tarifas diferenciales (más económicas) en rigor deberían ser para los europeos
a raíz de las tasas de crecimiento del 8, 9% de Brasil y Argentina. Por otro
lado más interesante aun la integración de pensadores debido a que la “historia
oficial” del pensamiento económico muestra sólo dos vías para el saber - con
mayor énfasis dependiendo su hegemonía política-; una que va desde el siglo XIX
hasta mediados del siglo XX en Gran Bretaña y desde aquel entonces desde EEUU
hacia el resto del mundo. Es fácil consultar cualquier manual de historia del
pensamiento económico y verificar que nadie parece haber pensado en África,
América Latina ni gran parte de Asia e incluso es más llamativo cuando la
exclusión historiográfica se da precisamente en aquellos ámbitos donde el pensamiento
periférico ha sido precursor.
En estos congresos quedan sabores de todo
tipo, por un lado, el interés en ver cómo los trabajos realizados en argentina
provocaron interés por su profundidad y seriedad en el tratamiento de los
temas, cómo el intercambio de problemáticas se da en torno a la situación regional,
por otro lado, el disgusto de conocer lo lejos que están los científicos sociales
argentinos de lograr condiciones de trabajo e investigación relativamente
aceptables, no solo comparativamente con Suiza, Italia, Francia o Portugal,
sino con Brasil y México. Parte del resultado de las diferencias con estos países
resulta en el hecho que se hayan enviado desde argentina muchas más ponencias
de las efectivamente presentadas.
Recuerdo los rostros horrorizados de algunos ponentes cuando se enteraron que solamente en la Facultad de Ciencias Económicas
de la Universidad de Buenos Aires al año 2008 al menos el 62% del personal
docente no posee ingresos por esa actividad (existiendo situaciones peores en
otras facultades) y que la tendencia (al menos desde el 2002) a la dedicación del
docente nombrado (asociada con el ingreso) en los casos remunerados está en
baja. El trabajo y la investigación gratis forman parte de la cultura exitista en
que se ha transformado a lo largo del tiempo la profesión del economista,
prueba de ello son las monedas que se le caen a alguna institución cuando
premian a algún brillante economista (¿No todo lo que brilla es oro?). Es un
excelente momento para replantearse este problema cuando en la UBA-FCE, la
consulta sobre la reforma del plan de estudios se realiza sobre los alumnos con
mejores promedios (del plan actual que se supone tiene algo que reformar) o
cuando no se consulta a todo el plantel docente, aquel que no recibe medallas
ni premios sino que recibe desprecio constante por parte de las autoridades, no
solo trabaja gratis sino que además no es consultado sobre los procesos básicos
que forman a la universidad.
El año siguiente la conferencia ESHET-Latinoamérica
vendrá seguramente a Buenos Aires, será otra experiencia interesante, esta vez
con más trabajos de argentinos aunque más no sea porque es más económico el
pasaje en colectivo que el de un avión.