miércoles, marzo 10

Post teórico borrador: De la maximización de algo.

En el esquema Marshalliano de las tijeras, que se representa en esta gráfica, encontramos varios problemas

1) Lo que se maximiza “esta en al aire”, siempre.


2) Importa el monto y no la tasa (de interés/ganancia)

3) Está sujeta a las imperfecciones que reconoce el propio Alfred Marshall mas las criticas que suma Piero Sraffa a forma de la curva de oferta.

4) El problema de la determinación de las dos variables fundamentales, salario y tasa de interés.

Respecto del primer problema, vale decir que al ser la utilidad (satisfacción) una propiedad de la mente humana y por lo tanto subjetiva, existe la posibilidad que la producción física/social pierda toda relación con lo que se está maximizando, a saber la relación entre placeres y dolores. No hay nada que diga que esta relación no pueda cambiar por un cambio de percepción que nada tiene que ver con lo económico, por lo que pierde su valor explicativo al depender siempre de factores externos a la competencia de la misma ciencia.

El excedente del consumidor depende de estas propiedades de la mente y la oferta depende de los esfuerzos, soportados por las mentes humanas. Supongamos que a este conjunto de Homo-economicus se le viene a la cabeza que una mercancía les gusta más, esto se va a ver reflejado en desplazamiento hacia afuera en la curva de demanda, manteniéndose la oferta de igual forma y transando a un precio más elevado, el resultado: la sociedad posee un mayor bienestar sin haber producido una gota mas de valores (aunque en apariencia hayan aumentado) por esta razón es que vemos en la calle un libro que dice que podemos desperdiciar menos riqueza si regalamos dinero o vouchers en vez de otras cosas, el problema está en la satisfacción y no en la producción.

Vale aclarar que en Marshall, a diferencia de los manuales de economía actuales, las actividades son prioritarias y las necesidades secundarias y limitadas, por lo que el esquema esta mas acotado que en los manuales. En éstos, la relación entre necesidades y actividades se invierte, dejándonos en el mismo punto de partida que el hombre de las cavernas (Neandertal) donde las necesidades del hombre primitivo regían las actividades destinadas al fin de satisfacerlas (cazaba solo si tenía hambre).

Problemas más graves podemos encontrar al intentar generalizar a la inversión y ahorro estos postulados, ya que no es tan sencillo imaginarse la satisfacción de demandar una represa hidroeléctrica, un torno, petróleo o acido sulfúrico.

Voy a hacer el intento con la inversión. Supongamos que es un grafico de oferta de ahorro y demanda de bienes de inversión. Por parte de un inversor, éste maximiza su ganancia cuando llega al punto de equilibrio (¿De qué estará formada la ganancia?) es decir, en 5 unidades de inversión/ahorro. El monto ganado es máximo en ese punto (4,5 unidades*) sin embargo la tasa de ganancia es mínima y apenas positiva. Nótese que la tasa de ganancia es igual al excedente sobre el capital adelantado. Cuando la inversión demanda 6 unidades la tasa de ganancia es 3(6-3)/3*100% para el oferente, es decir 100% en este caso. Conclusión tasa de ganancia máxima y ganancia máxima pueden ser dos cosas distintas, y así y todo no sabemos que es esa ganancia, ¿Será dinero? ¿Será satisfacción? ¿Será trigo, soja? Necesariamente debe ser satisfacción indirecta, el problema ya está planteado por Joan Robinson (y Piero Sraffa) con su crítica a las parábolas neoclásicas que refiere al problema numero 4.

Pero supongamos que no nos interesa el primer problema, lo que se maximiza esta dado, las cosas son así y si alguien prueba que probar lo que se maximiza es improbable, entonces que se haga keynesiano.

Aun tenemos el problema número 2, en éste la cuestión no es teórica sino empírica, el esquema de las tijeras admite una solución a su propio problema pero al hacerlo, el dogma del laissez faire fracasa rotundamente, veamos porque:

El esquema llega y mantiene el equilibrio y el optimo social, llega allí porque los inversores están comportándose maximizando sus ganancias totales, es decir, un monto, y no sus tasas de ganancia.


Si se demanda en 5, se vende en 5 y no se gana más que la tasa de interés para pagar el adelanto del capital (en nuestro ejemplo es el 2%) si alguno se pone a indagar un poco más, el interés no se puede determinar con esta teoría (ver de nuevo J. V. Robinson) pero supongamos que alguien lo fija porque sí, tenemos que tasa de ganancia es máxima cuanto menos mercancías se vendan. Alguien podrá decirme, no mariano, te olvidas de los costos medios o, esto ya está contemplado en la teoría de los monopolios, etc. No es esto lo que me importa realmente, es el hecho que en la práctica, si realmente se maximiza la tasa de ganancia (al menos en las medianas y grandes empresas) el esquema de monopolio tiene sentido solo en términos de qué se mira para maximizar, por lo tanto, la incertidumbre y la forma de maximizar ponen un freno a la dinámica del equilibrio y no es necesariamente el Estado el freno a la inversión. Lo más relevante, tasa de ganancia máxima no coincide con el óptimo social. (¿Alguna vez coincide?).

A modo de resumen, los problemas más relevantes son 4:

El primero es la unificación del valor de uso y valor de cambio en algo subjetivo y transformado a precio, por lo tanto la perdida de las leyes físicas y leyes sociales (no individuales) que rigen los procesos de producción, distribución, cambio, consumo y propiedad. El segundo es de índole empírica y viene a significar lo que realmente sucede, en el capitalismo contemporáneo se maximiza la tasa de ganancia y no su monto, el hecho que ambas puedan aumentar o disminuir por los mismos medios no resuelve la cuestión. El tercer problema hace referencia a la crítica de Sraffa, básicamente indica que en el único caso que la teoría marginalista tiene solución, es precisamente un caso irrelevante, a saber, el de los costos crecientes. El cuarto problema si bien aparenta ser más particular, está en el núcleo de la teoría marginalista y es el de la distribución de los factores. Según J. V. Robinson no es posible determinar simultáneamente el salario y la tasa de interés de equilibrio en este esquema, ya que tienen ambos tienen una dependencia reciproca por lo tanto, indeterminada, la solución estaría en Keynes donde la tasa de interés se determina fuera del mercado de capitales y el salario por el nivel de demanda agregada, en resumen hay que salirse de los análisis de mercados particulares. Para revisar los problemas 3 y 4 los invito a leerlos directo de sus autores.

Conclusión:

Mark Blaug decía que un pilar fundamental del éxito relativo del marginalismo, fue su generalización unificadora de teorías (de tierra, trabajo, capital y mercancías) que estaban separadas en los clásicos, sin embargo, la economics moderna ha simplificado tanto que se ha tornando una explicación de sentido común y por lo tanto sin relevancia teórica, ya que la única manera que tiene para despojarse de sus problemas es volver a los caminos de una teoría social, pero para esto debe convertirse por completo. Actualmente el camino ha sido precisamente contrario, la economics (para denominar a la ortodoxia) se ha vuelto al individuo y sus órganos, pero no a sus órganos sociales (instituciones, estructuras, organizaciones y convenciones) sino a sus órganos físicos (el cerebro, por caso) y al estudio de los incentivos individuales y la conducta de los hombres como motores del movimiento de la historia, por esto también podemos ver libros diciendo como los ricos pueden cambiar el mundo.

No se puede dudar de la fantástica simplificación del sentido común que tienen estas teorías. ¿Quién puede decir que a mayor precio se demanda más? ¿Quién puede refutar la idea que el hombre hace su mundo de acuerdo a sus intereses y acciones? ¿Quién puede decir que las neurociencias aplicadas a la economía son un impedimento al desarrollo de la ciencia? ¿Qué economista es capaz de enfrentarse a un físico cuántico en una discusión sobre el átomo, la energía y sus efectos sobre el individuo? Sin embargo, la ciencia existe porque es necesario explicar las cosas que el sentido común no puede y lamentablemente para muchos economistas me toca informarles que para explicar procesos sociales debemos mirar a la sociedad y sus órganos componentes, no busquen culpables de los fracasos económicos en los individuos particulares, hay fuerzas que gobiernan mas allá de las acciones y elecciones, éstas son las que hay que investigar.

El todo no es igual a la suma de las partes.

Espero ansioso comentarios..

No hay comentarios: