lunes, mayo 30

Principios de Economía Política (3)


¿Existe una jerarquía de procesos en el que uno determine al resto? Si ello fuese así deberíamos concentrar más esfuerzos en el estudio de aquellos procesos primeros.

No sólo la Economía Clásica le ha dado el lugar central que tiene el proceso de trabajo. Con distintos matices, Alfred Marshall ha planteado posiciones que deberían avergonzar a los manuales modernos que dicen ser fieles representantes de su pensamiento, cuando afirma que:

“Es preciso insistir sobre este punto, sobre todo ahora en que la reacción contra Ricardo y sus seguidores, por haber dejado de estudiar las necesidades, muestra signos de desviarse hacia el extremo opuesto. Es importante todavía el reafirmar la gran verdad sobre la cual insistió Ricardo, tal vez con marcado entusiasmo, a saber: que si bien las necesidades son las que rigen la vida de los animales inferiores, son los cambios en las formas de los esfuerzos y actividades hacia los que debemos volvernos cuando tenemos que investigar los principios fundamentales de la historia de la humanidad.” (MARSHALL, 1948, pág. 75)

Tampoco atribuyó el carácter ilimitado a las necesidades, y es notorio que la economía moderna se haya construido sobre sus aportes[1] dejando de lado el hecho que

“las necesidades y los deseos humanos son numerosos y variados, pero, generalmente son limitados y susceptibles de ser satisfechos” [El subrayado es mío]  (MARSHALL, 1948, pág. 78)

y en relación a la relevancia del estudio de las necesidades por el lado de la demanda o de las actividades por el lado de la oferta,

“…aunque son las necesidades del hombre las que en las etapas primitivas de su desarrollo dan origen a sus actividades, más tarde, cada nuevo paso hacia adelante debe considerarse como el desarrollo de nuevas necesidades que crean nuevas actividades (…) Ambas teorías [demanda y oferta] se complementan mutuamente; una es incompleta sin la otra; pero si una de ellas puede pretender ser intérprete de la historia del hombre…esta teoría es, indudablemente, la de las actividades y no la de las necesidades.” (MARSHALL, 1948, pág. 79)

Las relaciones entre la producción, distribución, el cambio y el consumo, son relaciones dialécticas. Es difícil identificar el comienzo y la secuencia. Sirva lo anterior para tenerlo presente como actividad humana separada de su contexto histórico una vez que el grado de desarrollo de las fuerzas productivas alcanzó el nivel suficiente como para que el ser humano deje su “estado primitivo y rudo de la sociedad”. Sin embargo las formas no se perpetúan y desarrollan bajo las condiciones generales sino particulares. En los procesos del capital la estructura, las formas de propiedad de los medios de producción determinan una forma de posesión de los medios de consumo. Las relaciones no dejan de ser orgánicas porque ello así suceda ya que

“si nos fijamos en las sociedades enteras, la distribución parece preceder desde un punto de vista a la producción y determinarla, asimismo como un hecho preeconómico.” (MARX, GRUNDRISSE 1857-1858, 1985, pág. 11)

Tener presente la distribución de propiedad, distribución de apropiación y distribución de riquezas para consumo, es lo que permite comprender la relación orgánica entre las fases del proceso (PDCC).

“La distribución es, as u vez, un producto de la producción no solamente en cuanto al objeto, por cuanto solo pueden distribuirse los resultados de la producción, sus frutos, sino también en cuanto a la forma, ya que el modo específico de participar en la producción determina las formas especiales de distribución, la forma en que ésta se lleva a cabo. Es totalmente ilusorio el poner en la producción la tierra, en la distribución la renta territorial, etc.” (MARX, GRUNDRISSE 1857-1858, 1985, pág. 11)


En la reproducción del capital el fin no es el consumo, sino la creación de excedente, por ello que el circuito no tenga un inicio y un fin y sea precisamente reproducción. Y que los problemas de distribución de riquezas para el consumo, deban ser comprendidos desde las relaciones sociales de producción. La “demanda efectiva” está inmersa dentro de la espera previa de la distribución del ingreso, y ésta dentro de la distribución del trabajo. Las relaciones sociales de la oferta y demanda deben enmarcarse en el estudio de las relaciones de la distribución del trabajo social (SWEEZY, 1945, pág. 61).


En este sentido no es llamativo que desde uno de los ejes temáticos centrales en el mainstream, como es la
teoría de la empresa, tengamos - a excepción de la competencia en monopolio - escasa producción que pueda
establecer alguna conversación. Se ven los distintos significados en los estudios de los procesos históricos de
las formaciones empresariales, como el Fordismo, Taylorismo y Toyotismo, antes que la propuesta del análisis
a-histórico de la empresa en condiciones de competencia.


[1] Con lo anterior no se pretende reivindicar el método y contenido general adoptado por Marshall, pero es pertinente preguntarse por qué el mainstream está tan alejado del verdadero carácter social de la Economía Política.

jueves, mayo 26

Principios de Economía Política (2)

Determinación conjunta del objeto y método

¿Es el método quien determina al objeto? ¿Es al revés? Sin objeto no hay método pero sin método no hay objeto. Pensemos en las posibilidades que el materialismo histórico conduzca al estudio de los procesos mentales (Neuro-economía, conductismo, etc.) o que el individualismo metodológico nos dé el marco teórico para estudiar a la estructura y superestructura de la sociedad. Parece evidente ahora que el método limita al objeto, sin embargo la elección del objeto a partir de la observación – supongamos erróneamente, sin método – delimita las formas de abordar su estudio. Por ejemplo el estudio del excedente social elimina de antemano las aproximaciones individuales[1], precisamente por ser social. El problema de la elección del consumidor difícilmente sea interpretado por marcos teóricos cercanos a las instituciones y estructuras. Pero, como veremos en otros aspectos de nuestro estudio, esta contradicción no presenta mayores problemas porque se resuelve en el desarrollo de nuestra propia ciencia. La observación no puede estar separada del marco teórico consciente o inconsciente del investigador. En tal discusión, Maurice Dobb plantea que la Economía es una ciencia deductiva y por lo tanto el desarrollo mismo de las categorías produce una imposibilidad temporal de comunicarse en el mismo idioma. Si bien coincidimos en que el idioma es diferente pero aunque se comparta el idioma existen otras pertenencias que producen la incomunicación consciente de los protagonistas del pensamiento, no compartimos que la economía sea deductiva, precisamente porque no tendríamos lugar por donde empezar a deducir sino hay otro proceso que dispare los problemas, pero  acorde a lo señalado anteriormente, ese proceso tampoco está exento de teorías (nociones, doctrinas, etc.) preexistentes. Es decir, métodos y objetos distintos, no unos separados de otros. ¿Cómo determinar qué es lo relevante? Afortunadamente tenemos la historia, pese a que la misma interpretación de la historia posee problemas similares a la de la Economía política.
No tenemos una ciencia sin método, tampoco muchos métodos para cada cosa. hay límites para el estudio del ser social, encontrarlos es la búsqueda del método.


[1] ¿Qué sobraría si cada factor es remunerado por sus condiciones de reproducción? La explotación en el marxismo analítico podría interpretarse en esta línea. (GUERRERO, 1997, pág. 178)

lunes, mayo 23

Principios de Economía Política (1)

Existe una necesidad de pensar en Economía política como una ciencia social. Algo que parece ser evidente tal vez no es. Social, porque representa significar las relaciones entre seres humanos juntos en distintas formaciones, para ello es preciso separar el exclusivo objeto cuantitativo de la Economía reflejadas en el estudio de las relaciones del hombre con las cosas, e integrarlo en una forma más general, uniéndolo a su complementario aspecto cualitativo a través del estudio de las relaciones sociales. En palabras de Sweezy,

“La producción de mercancías es separada del reino de los fenómenos naturales y se convierte en materia válida de la investigación histórico-social.  El economista no puede ya confiar su atención a las relaciones cuantitativas que nacen de la producción de mercancías; debe dirigir también su atención al carácter de las relaciones sociales subyacentes en la forma mercancía. Se puede expresar esto diciendo que las tareas de la economía política no son sólo cuantitativas, sino también cualitativas.” (SWEEZY, 1945, pág. 35)

Resulta que si la Economía es solamente una ciencia que estudia la gestión de recursos escasos para usos alternativos, al recortar el objeto de estudio de la Economía política, deja procesos sin estudiar. Una ciencia de la administración de las cosas pierde gran parte de su carácter científico. Sería tan sencillo comprobarlo como quitar de las facultades de ciencias económicas la carrera de Economía debido a que si de administración se tratara nuestras facultades están más que dotadas de excelentes docentes y alumnos dispuestos a estudiar esos procesos.

Sin embargo, procesos como la reproducción, la acumulación, distribución e intercambio de cosas materiales no son sino en función del hombre en sociedad. ¿Por qué no se hace evidente? En la producción de mercancías y en la producción de capital, los productos del trabajo parece que gobernaran el intercambio y la producción. En el intercambio, si fueran las cosas valiosas, son ellas mismas las que se ponen enfrentadas mediante sus propiedades. En la producción, es el obrero mismo quien, cuanto más valores produce, más cosas se le vuelven en su contra y es el gestor del capital (poseedor o propietario) quien, al momento de tomar sus decisiones de mando, se encuentra con una serie de relaciones externas a su voluntad - competencia de otros capitales[1] - que en definitiva, que limitan o dirigen su actividad. En todos estos casos las “leyes” del sistema operan a espaldas de sus integrantes, aparecen las cosas mandando sobre el hombre.

El movimiento social aparece como un movimiento natural. En el acto del intercambio. Sin embargo, allí el valor de uso (cualidad material) se transforma en valor de cambio (cualidad social); el trabajo privado se transforma en social; el trabajo concreto (carpintero, odontólogo, etc.) se transforma en trabajo abstracto (gasto de músculos y cerebro), trabajo en general.

La cosificación de las relaciones sociales oculta el estudio de las relaciones sociales aparentándolas como si fueran relaciones entre el hombre y la cosa. Esto produce, entre otras cosas, un desprecio al análisis de clase como principal actor del sistema[2], al asignar a las cosas el poder de producir valores de cambio, donde en

“el mundo encantado, invertido y puesto de cabeza en que Monsieur le Capital y Madame la Terre aparecen como personajes sociales, a la par que llevan a cabo sus brujerías directamente, como simples cosas materiales.” (MARX, El Capital, 1959, pág. 768)

Es decir, le dan una función creadora que justifica la existencia del pago por el uso de sus propiedades al poseedor.

Resulta de una concepción cosificada del capital – donde el arco y flecha del cazador es capital cuando alguien lo posee para alquilarlo -  provocar una eternización de las relaciones sociales. De esta forma se evita cuestionar, y con ello estudiar, las relaciones sociales básicas del sistema, capital y trabajo asalariado. La asignación del poder independiente a la materia evita conocer el grado de dominio del hombre sobre la materia en su actividad productora. Resulta paradójico que semejante sistema haya sido el que provocara el mayor grado de desarrollo de las fuerzas productivas[3]. 

En resumen,

“El poder social, esto es, la fuerza de producción multiplicada, que nace por obra de la cooperación de los distintos individuos empujados por la división del trabajo, se les aparece a éstos, por no tratarse de una cooperación voluntaria sino natural, no como poder propio, asociado, sino como un poder ajeno, cuyo origen y fin desconocen, y que, por tanto, no pueden dominar.” (Llanos, 1986, pág. 155)

Lo anterior pretende, también, significar el estudio – de objetos, sujetos y métodos - de la Economía política en la historia del pensamiento económico. La economía desprovista de su historia, como ciencia y como procesos,  sólo puede reconocer la selección natural de aciertos como una construcción única. Una especie de evolución del pensamiento económico, la selección natural entre teorías alternativas. Por supuesto nada más alejado de los procesos reales que ello. Sólo por nombrar algunos marcos teóricos contemporáneos: Marxistas, Feministas, Teoría de la regulación, Post-Keynesianos, Institucionalistas, Teoría del circuito, Economía social-humanística, Radicals, Estructuralistas, (Neo) Evolucionistas, Neo-Ricardianos, Convencionalistas, Estructura social de acumulación, etc. 

La Economía política reconoce que su contenido no puede ser desconocido en su propia historia, ni con sus propias críticas. No lo ha hecho Adam Smith, quien emitió críticas al sistema mercantil (mercantilismo) y agrícola (Fisiocracia). Tampoco David Ricardo quien le ha escrito sus críticas a Smith. Menos aún Carlos Marx habiendo dedicado tres grandes tomos de “Las teorías sobre la plusvalía” al estudio y crítica de su contemporánea historia del pensamiento económico. Pero tampoco Marshall, quien ha confesado reinterpretar a Ricardo en otras claves y menos Lord Keynes con su Teoría General apuntando a su economía clásica.

Entonces ¿Por qué una crítica aparentaría ser externa? ¿No fue Marx quien dedicó su vida al estudio de la misma Economía política? ¿El estudio de ello debe considerarse un campo del saber separado? O pretendiendo comprender los límites de la economía política clásica el resultado – no así el objetivo – fue marcar nuevos límites más extensos. Entiendo que ello es parte de la historia de nuestra ciencia y por lo tanto componente de la misma, producir una ruptura completa no solamente es metodológicamente incorrecto – como se argumentará en el apartado sobre metodología – sino que estratégicamente perjudicial para llegar a configurar campos teóricos que tengan presente aspectos plurales de la teoría-praxis social.

La concepción evolucionista de la historia del pensamiento económico muestra El origen de las teorías por medio de la selección natural, o la preservación de las escuelas preferidas en la lucha por el grado de cientificidad. Según esta visión, el estado de la teoría económica actual es resultado de un proceso de elección por parte de la comunidad científica – o sencillamente por la aplicación estricta de un método - que, siendo la que selecciona sus propios criterios de selección, decide los mejores recursos para el saber económico habiendo puesto a prueba a todas aquellas que competían en la búsqueda del saber. La evolución del pensamiento económico es una concepción muy cuestionable, primero, porque la realidad concreta sucede en el tiempo histórico (no lógico) por lo tanto, una teoría que bien puede adecuarse a una época puede provocar esquemas de interpretación completamente errados en otra. En segundo lugar, es muy cuestionable ser juez y parte. Juez en concursos docentes, juez en publicaciones de artículos y libros. Ser parte en la misma producción de conocimiento y parte en la misma producción de procesos sociales (por ej. desregulaciones financieras del neoliberalismo).

Pero si pretendemos seguir llamando Economía Política a nuestra ciencia es preciso comprender como se vincula con la economics.

Se ha argumentado que parte del logro de la Economía marginalista sobre la Economía política Clásica, ha sido sus formas más generales de interpretación de los procesos económicos. Esta presentación aún sin ser un “crítico severo” resulta altamente cuestionable, por un lado, en términos metodológicos ante procesos de formación económica distintos la existencia de un único criterio teórico no parece ser la mejor alternativa, en este sentido el pluralismo metodológico intenta superar principalmente el encasillamiento del individualismo metodológico. Incluso Mark Blaug reconoce este problema,

“pero cuando abandonamos el campo de análisis de corto plazo y nos ocupamos de las cuestiones clásicas referentes a la acumulación de capital… Un crítico severo podría decir que la economía neoclásica  logró en efector una generalidad mayor, pero sólo porque se planteó interrogantes más fáciles.” (Blaug, 2001, pág. 324)

Pero aún así, la Economía ha simplificado (en palabras de Blaug sinónimo de generalizado) los procesos de estudio precisamente reduciendo su ámbito de aplicación, en el extremo, a la nada misma. Debido a que esos procesos sólo ocurren en la mente de quienes los reproducen. En este sentido es preciso concluir que la Economía es un recorte de una porción de los objetos de estudios de la Economía política como ciencia social.

Es interesante notar que la afirmación de Sraffa acerca de lo necesario de

“volver a la política económica de los Fisiócratas, Smith, Ricardo y Marx. Y uno debe proceder en dos direcciones: i) purgar la teoría de todas las dificultades e incongruencias que los economistas clásicos (y Marx) no fueron capaces de superar, y, ii) seguir y desarrollar la relevante y verdadera teoría económica como se vino desarrollando desde “Petty, Cantillón, los Fisiócratas, Smith, Ricardo, Marx”. Este natural y consistente flujo de ideas ha sido repentinamente interrumpido y enterrado debajo de todo, invadido, sumergido y arrasado con la fuerza de una ola marina de economía marginal. Debe ser rescatada."

no quiera decir que tengamos que seguir el camino que ha seguido el mismo Sraffa. Precisamente porque Marx al caracterizar de símil forma la economía política, intentaba hacerlo en un sentido que el mismo Sraffa abandona, vale decir, el estudio de la forma y contenido del valor, o en términos de Sweezy, “el valor cualitativo”. Marx,

“Y, para decirlo de una vez por todas, advertiré que yo entiendo por economía política clásica toda la economía que, desde W. Petty, investiga la concatenación interna del régimen burgués de producción, a diferencia de la economía vulgar, que no sabe más que hurgar en las concatenaciones aparentes, cuidándose tan sólo de explicar y hacer gratos los fenómenos más abultados, si se nos permite la frase, y mascando hasta convertirlos en papilla para el uso doméstico de la burguesía los materiales suministrados por la economía científica desde mucho tiempo atrás, y que por lo demás se contenta con sistematizar, pedantizar y proclamar como verdades eternas las ideas banales y engreídas que los agentes del régimen burgués de producción se forman acerca de su mundo, como el mejor de los mundos posibles.” (MARX, El Capital, 1999, pág. 45)

La Economía Política es hoy aquello que Marx criticó y es Marx también[4]. Es aquella crítica que con sus pretensiones superadoras ha dado lugar a la controversia sobre la separación entre “lo político” traducido en la crítica de Marx a sus contemporáneos programas socialistas, “lo económico” traducido en la Economía Política Clásica, y “lo Filosófico”, referente la filosofía del derecho en Hegel y los jóvenes hegelianos[5]. Economía política es ello, es el marginalismo y sus vínculos problematizados y es un conjunto de aportes que no han sido problematizados por el marxismo o el marginalismo también.



[1] Nótese que las relaciones que aparecen externas al capital y sus decisiones por las que un gestor puede quejarse, son precisamente aquellas que muestran su carácter social directamente: regulaciones estatales, sindicatos, piqueteros. Y, en los únicos casos donde aparece la queja de “la competencia de productos” es allí donde se avisora na posibilidad de regularlos, únicamente a través del Estado dueño de sus fronteras que allí sí se reconocen de creación y dominio del hombre.
[2] Se traduce en la falsa analogía del flujo circular de la renta.
[3] “La capacidad productiva del trabajo depende de una serie de factores, entre los cuales se cuentan el grado medio de destreza del trabajo, el nivel de progreso de la ciencia y de sus aplicaciones, la organización social del proceso de producción, el volumen y la eficacia de los medios de producción y las condiciones naturales.” (MARX, El Capital, 1999, pág. 7).
“Prescindiendo de las diferencias que se dan en las energías naturales y en la destreza adquirida para el trabajo entre los distintos pueblos, las fuerzas productivas del trabajo dependerán, principalmente:
1.     De las condiciones naturales del trabajo: fertilidad del suelo, riqueza de los yacimientos, etc.
2.     Del perfeccionamiento progresivo de las fuerzas sociales del trabajo por efecto de la producción en gran escala, de la concentración del capital, de la combinación del trabajo, de la división del trabajo, la maquinaria, los métodos perfeccionados de trabajo, la aplicación de la fuerza química y de otras fuerzas naturales, la reducción del tiempo de trabajo y del espacio gracias a los medios de comunicación y de transporte, y todos los demás inventos mediante los cuales la ciencia obliga a las fuerzas naturales a ponerse al servicio del trabajo y se desarrolla el carácter social o cooperativo de éste” [el subrayado es mío] (MARX, Salario, precio y ganancia, 1972, pág. 110)
[4] De momento es común la aclaración – cierta - que la economía política fue aquello que Marx criticó, por ello es necesario incorporar el término contemplando el significado que se le da – para el estudio de lo social – incorporar la crítica de Marx a la Economía política de su momento.
[5] Una interpretación separatista respecto a Marx la encontramos en Joseph Schumpeter: “Capitalismo, Socialismo y Democracia”

lunes, mayo 9

Llamamiento de profesores, docentes e investigadores a decir mu...

Veremos que sigue después del mu...
“Renovar la investigación y la docencia en finanzas, economía y gestión para servir mejor al bien común”
(Ginebra-Friburgo-Zürich marzo 2011)
1. Los autores de este llamamiento constatan con preocupación que más de tres años después del comienzo de la crisis que ha hecho la luz sobre las dificultades, limitaciones, peligros y responsabilidades del pensamiento dominante en materia económica, este último continúa ejerciendo un casi-monopolio en el mundo académico. Este monopolio reposa sobre el poder institucional que sus incondicionales ejercen sobre el mundo académico y de la investigación. La dominación, difundida y transmitida por las presuntas mejores universidades remonta a al menos un cuarto de siglo y es mundial. Sin embargo, la manera como este paradigma persiste a pesar de la crisis actual pone en evidencia su magnitud y peligrosidad de su carácter dogmático. Los educadores y investigadores, signatarios del presente llamamiento, constatan que esta situación limita la fecundidad de la investigación y de la docencia en economía, finanzas y administración, ya que los desvía de cuestiones fundamentales para la sociedad.
2. Este llamamiento es a la vez público e internacional y se inscribe en un marco más amplio de iniciativas convergentes. En efecto, en las condiciones actuales, el mundo académico no esta más en medida de formar espíritus abiertos, innovadores y responsables, capaces de enfrentar los retos actuales y venideros. Esta situación no se limita a Suiza, o a Europa. La investigación debe contribuir al bien común y no producir análisis complacientes sobre los supuestos beneficios de la financiarización de todo el sistema económico obtenido a través de los supuestos beneficios de la innovación y la especulación financiera.
3. Los profesores, docentes e investigadores son los guardianes de la confianza de la sociedad quien les dio la tarea de servir a la transmisión y la búsqueda constante de una mejor aprehensión de la realidad. Es sólo en este contexto que la libertad académica tiene sentido, ella es responsabilidad y no licencia. Así, hoy por hoy, una de las principales prioridades de la investigación debería ser examinar sus propios fundamentos y prácticas a la luz de los fenómenos que condujeron a la crisis financiera. Sólo entonces será posible desarrollar políticas y remedios que permitan recuperar un funcionamiento equilibrado de la economía.
4. Es entonces imprescindible superar las discusiones a puertas cerradas entre especialistas todos amoldados al mismo pensamiento dominante. Por construcción, estas discusiones no son capaces de cuestionar sus propias teorías. La situación actual requiere por consiguiente la apertura de estas disciplinas a una investigación fundamental imperativa para establecer la distancia necesaria para su regeneración. Este esfuerzo se ve obstaculizado por una fuerte resistencia interna y debe por lo tanto encontrar relevos externos. Para afirmar un pluralismo de enfoques, conviene entonces debatir sobre los fundamentos (epistemológicos, éticos y antropológicos) de las disciplinas de economía, de finanzas y de administración.
5. Como depositarios de la confianza de los ciudadanos y como productores de ideas que influyen los comportamientos y las políticas, alertamos la opinión pública y el mundo político sobre el hecho de que las condiciones de cumplimiento responsable de nuestra misión están comprometidas.
Este llamamiento se dirige, por una parte, a los estudiantes, jóvenes investigadores, colegas y a los actores económicos, y por otra parte, a aquellos que ejercen responsabilidades públicas en materia de educación y de investigación universitaria, rectores y presidentes de instituciones de enseñanza, sin olvidar a los responsables de estructuras de financiación de la investigación. Es a ellos a quienes les corresponde, en primer lugar, garantizar que las condiciones necesarias para la renovación fundamental para nuestras disciplinas y el regreso al pluralismo de enfoques, sean rápidamente reunidas.
6. (Los profesores y docentes de educación superior, signatarios de este llamamiento sugieren pistas de acción capaces de promover el pluralismo, la defensa contra el riesgo de ceguera dogmática y la deriva de políticas y de comportamientos resultantes. Ellos proponen en particular:
  • Que un examen retrospectivo y crítico sea puesto en marcha, a fin de poner nuevamente en el espíritu de cada uno la cuestión de la importancia, para la sociedad, de las investigaciones que se producen a través de la financiación pública. La libertad académica no podría justificarse al ignorar la responsabilidad de los docentes e investigadores en este ámbito.
  • Que en el plano institucional, un enfoque global e interdisciplinario sean realmente promovidos.
7. Asimismo, se trata de crear las condiciones necesarias para que la pluralidad este presente y sea reconocida en todos los niveles de la jerarquía académica:
  • A través de la toma en cuenta, en la contratación de nuevos profesores, del interés que estos portan en resolver los problemas socio-económicos, así como la equidad económica en general, la estabilidad y la sostenibilidad del sistema económico-financiero.
  • A través de la ampliación de los criterios de evaluación de la investigación a fin de incorporar la pertinencia de los temas seleccionados, el contenido y el carácter interdisciplinario de los artículos o de los libros publicados y no sólo el número de publicaciones en algunas revistas monolíticas.
8. La crítica del pensamiento dominante es una exigencia científica. Se trata entonces de avanzar sobre estas pistas de acción para que el pluralismo se convierta en una realidad reconocida y apreciada y que este ultimo enriquezca el debate público e ilumine las decisiones políticas.

El texto de este llamamiento con las firmas de los autores se encuentra en línea en diferentes versiones lingüísticas en el sitio Web de l’Observatoire de la Finance (http://www.obsfin.ch/) y en el blog http://www.responsiblefinance.ch/.
La adhesión y los comentarios pueden ser hacerse en línea en el blog http://www.responsiblefinance.ch/llamamiento/firmar-el-llamamiento/, o enviados al correo electrónico siguiente manifeste@obsfin.ch.

domingo, mayo 8

Marx Reloaded

Es el título del documental que se estrenó en Abril pasado. Dejo el acceso al trailer, busqué el archivo completo pero nada, tampoco subtítulos...veremos..


También pueden acceder a la info del documental sobre "El Capital" acá

jueves, mayo 5

Pedagogía de lo Económico (2): Teoría e Historia

La educación actual produce un rechazo de la teoría y la historia. Nunca falta el economista que pretendiendo realizar un aporte científico, rechaza el estudio de los marcos teóricos de referencia desconociendo que son éstos los que nos permiten abordar el estudio de lo que es problemático y por lo tanto, lo que no lo es. No es casual que la historia rechace al neoclasicismo y sus derivados porque han producido una falsa dicotomía entre teoría y práctica y por la falsa dicotomía entre teoría e historia.

La primera falsa dicotomía proviene de su propuesta metodológica, la segunda de su propuesta ontológica. La exclusión de la dialéctica como parte de los métodos de estudio provoca la dicotomía entre teoría y práctica, la teoría provoca su propia defensa al excluir procesos esenciales, donde resulta que la práctica será cierta siempre que coincida con la teoría, precisamente porque si la teoría no resultó verificable será porque las condiciones reales no pudieron ajustarse a su marco de referencia. Ello se verifica también en una característica de los economistas profesionales: Añorar ocupar el puesto del hacedor de política económica (Por ej. Ministro de Economía) resultando del hecho, que generalmente los hacedores de política no parecen ser destacados teóricos. Es paradójico en sentido real que suceda esto. En general se le ha quitado el carácter de ciencia a los hacedores de política económica del mercantilismo pero resulta evidente cómo el liberalismo actual (monetarismo, teoría de los mercados eficientes, etc.) se preocupa por la práctica. No es casual que sea imposible rechazar esta relación, porque es real, el hecho que se pretenda hacerlo en la teoría no produce otra cosa que falsos problemas ideales y al mismo tiempo la producción de nuevos problemas reales. Al observar el estado de las ortodoxias previas a las dos crisis más importantes que provocó este sistema (1929 y 2008). Es relativamente sencillo comprender que las políticas seguidas previas a cada una de las crisis influyeron en la intensidad y duración posterior. Hay que ser claro, la crisis no la provoca el pensamiento sino la acción, la teoría alejada de la práctica, el idealismo cuando provoca una intervención no puede resultar más que en un fracaso dentro de sus propios objetivos.
Por otro lado, la falsa separación entre teoría e historia es principalmente ontológica (aunque metodológica por supuesto) porque al desconocer a la historia como parte del proceso donde se crean los entes desconoce el carácter histórico de ellos, de donde surge que el reconocimiento de las categorías al ser estudiado en la historia trae la necesidad de comprender si la categoría cambió o desapareció, incluso si fue pertinente el estudio de ella como componente central de un sistema. De esta forma comprendemos que el capital es un arco y una flecha o es un robot que realiza el resguardo de la información de una corporación, pero en cualquier caso, ya sea en la antigüedad o en la modernidad el capital además, será una cosa y no una relación, por lo que mientras existan cosas que actúen como medios de producción existirá capital. En resumen el capitalismo es eterno.

Se podrá objetar que las teorías no se mantienen en el plano ideal, que pretenden bajar a la tierra. A ello debemos responder que es una realidad, claro que pretenden bajar a la tierra ¿Cómo negar la existencia del neoliberalismo desde mediados de los 70 hasta la actualidad? No se trata de bajar a la tierra sino de partir de ella, porque se producen conocimientos virtuales, al crear objetos de estudio falsos. Esto se verifica en la imposibilidad de contrastar sus teorías o cuando es posible hacerlo, sus explicaciones y predicciones son falaces o sus políticas desastrosas. Esto es, porque han creado objetos (sin sujetos) de estudio falaces.

miércoles, mayo 4

Pedagogía de lo Económico: Significado y Sentido

L
El significado del proceso de aprendizaje-enseñanza está representado por el contenido de lo que se enseña. Esto parece trivial pero no tiene nada de ello. No es obvio para el alumno que cuando enseñamos a sumar y restar lo hacemos porque ello significa que podrá lograr desarrollarse socialmente en muchísimos ámbitos de su vida, y que precisamente sin el aprendizaje de las matemáticas quedará automáticamente excluido de muchos momentos sociales. Menos obvio es cuando enseñamos a componer moléculas en química, fuerzas en física. Pero ello no ocurre con las ciencias duras solamente, no resulta evidente la necesidad del estudio de la historia, incluso, por ejemplo, la historia del desarrollo de las matemáticas. El significado que se le dé a lo que se pretende estudiar va a determinar la potencialidad de desarrollo del tema provocando el interés de los participantes.  Desde el punto de vista didáctico, cuando se proponen explicar teorías que resultan en una justificación del status quo, es decir que nos dicen que no debemos cambiar nada o en el mejor de los casos cambiar algo para dejar de cambiarlo, y donde nos dicen que la política provoca una interferencia en el desarrollo individual de los integrantes de una sociedad, produce un rechazo de la pretensión de significar el conocimiento (Coll). Cuando es mejor dejar de hacer o dejar que pasen las cosas, no hay acciones que tomar y no hay cosas de decidir dando como resultado preguntarse ¿para qué estudiar aquello que no se pretende cambiar? El proceso de estudio pierde significado, no lo pierde por completo, sería una injusticia asignarle semejante función apolítica al liberalismo. Discusiones acaloradas han demostrado cuan significantes son las esas ideas para sus defensores. Sin embargo las ideas resultantes no surgen necesariamente del proceso de estudio, sino además de la interacción del individuo en su proceso histórico. Lo que está en discusión no es el hecho de proponer el estudio de teorías liberales inmersas en el  individualismo-metodológico (TLIM), lo que está en discusión es que al exponer mayoritariamente esas teorías se elimina gran parte del significado de lo que se está estudiando.

El caso sencillo puede representarse mediante los cursos de alto contenido matemático. No es que la matemática quite conocimiento al alumno. Es que en la pretendida función de aprendizaje se le está quitando el motor del mismo aprendizaje. A quien esta práctica no le parezca obvia por supuesto tendrá que recorrer cualquier carrera universitaria de economistas en el mundo para darse cuenta de ello.  

Lo anterior resulta en que para darle significado al contenido lo que deberíamos hacer es quitarle el carácter transformador a la economía como ciencia, o incurrir en una contradicción que bien puede aparecer disfrazada de dialéctica pero que es exclusivamente ideal: para transformar el mundo no hay que intentar transformarlo, porque llegado el momento en que desaparezcan las regulaciones del sistema –hasta ahora nadie sabe cuándo es el límite – no hará falta pensar mucho más que en hacer buenos negocios.