miércoles, octubre 14

Nobel, Ortodoxias y las vueltas de la vida


En el año 1933 Joan Robinson, escribió el libro "La economía de la competencia imperfecta" y dio paso, junto con Piero Sraffa, a los análisis de las imperfecciones de los mercados como la regla y no la excepción.

Los análisis de la competencia imperfecta se dieron en el marco de los últimos años de la gran depresión, ambos autores siguieron otro camino en la década del 60, dejaron de lado los análisis microeconómicos para dedicarse a la economía agregada, Robinson con el estudio del empleo agregado retomando el paradigma Keynesiano y Sraffa a partir de la publicación de producción de mercancías por medio de mercancías, retomando el paradigma clásico y según él, también marxista.
Muchos están de acuerdo que Robinson se merecía el Nobel por su aporte a las teorías del crecimiento, sus victorias en las batallas intelectuales frente a Robert Solow y Paul Samuelson no son novedad, sin embargo cumplía con 3 características que la condenaban al olvido, era una economista mujer, heterodoxa crítica y para colmo escribía sobre Marx!! Algo que la economics nunca supo perdonar.
El Nobel finalmente fue a manos de una mujer, Elinor Ostrom, al menos comparte una cosa con Joan, la idea que hay instituciones que son más eficientes que los mercados (Chocolate por la noticia diría un historiador, sociólogo, psicólogo y hasta un veterinario!). Hicieron falta más de 70 años para que dentro de nuestra querida ortodoxia se contemple de manera natural la posibilidad del mal funcionamiento de los mercados. Hoy es cosa aceptada, la ortodoxia alza la frente y dice...claro que la competencia perfecta es la excepción... (Ni siquiera...) hoy tienen nuevas herramientas, el Neo institucionalismo es declarado compatriota de la economía marginalista, la economía de la conducta o conductista también, las neurociencias lo mismo, pese a que como hemos citado en otras notas: la concentración en el individuo es la principal característica combatida por la heterodoxia, por esa razón el marginalismo, nuevo keynesianismo, etc. pueden hacerse de herramientas que en apariencia son criticas devastadoras (todas absorbidas).
Estamos transcurriendo unos cambios leves en los paradigmas económicos, el problema es que son leves, suaves, casi miedosos. Se presentan como revoluciones y no hacen más que modificar algunos supuestos de la ortodoxia, haciéndola más fuerte, esta los absorbe como ha hecho anteriormente con la economía de la competencia imperfecta, ya paso antes y está pasando de nuevo.
A propósito de los cambios propuestos les dejo una nota sobre uno de los mejores biógrafos de Keynes, Robert Skidelsky, a propósito de su nueva publicación y donde se encuentra un comentario de Paul Krugman un poco mas moderado. Me quedo con el comentario de Skidelsky: “We have yet to see the full impact of the current crisis on the way economics is done. But there are many straws in the wind. Even if my specific suggestions are not acted on, there is agreement among many economists that economics is over-burdened with maths, and that realism is sacrificed for the sake of mathematical tractability. In his review of my new book, Paul Krugman supported the general idea of restructuring economics although he might have thought my actual proposal too extreme. However, I maintain that the seemingly extreme attraction of false perfection offered by microeconomic mathematisation requires "extreme" countermeasures” (http://spectator.org/archives/2009/10/06/keynes-uncertainty-principle)

Les dejo la entrevista que le hacen a EO a proposito de su premio...bue aproach a la economía política.

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