viernes, enero 21

El neoliberalismo: el hijo esquizofrénico del liberalismo

Sino fuera porque aplicar categorías aplicables a individuos a una categoría completamente social es teóricamente incorrecto, y en la mayoría de los casos prácticamente inconveniente, podría afirmar que el neoliberalismo está muy cercano a la definición de esquizofrenia de Wikipedia (usarla con fines científicos también está pésimo pero encuadra mejor que la del diccionario de la RAE)

La esquizofrenia (reemplazar con El neoliberalismo) causa además una mutación sostenida de varios aspectos del funcionamiento psíquico del individuo (reemplazar con procesos sociales), principalmente de la conciencia de realidad (imaginario colectivo), y una desorganización neuropsicológica más o menos compleja, en especial de las funciones ejecutivas (estructura económica, por excelencia financiera), que lleva a una dificultad para mantener conductas motivadas y dirigidas a metas (multiples ejemplos..el menemato está lleno de ellos), y una significativa disfunción social (pobreza, indigencia, discriminación, exclusión, etc.). hasta se podría agregar algo así como el tratamiento con recetas y antídotos (FMI).

El neoliberaliso toma al liberalismo clásico y lo desfigura, se aleja del sentido de la realidad que tenían aquellos autores y ejecutando sus determinaciones caen en la negación de sus propias metas y por suspuesto logran una disfunsión de "lo social" que ninguna otra doctrina pudo haber llevado tan lejos...En rigor pido disculpas a los liberales.

Dejo unos comentarios sobre aquello llamado Neoliberalismo.....

La nueva base contenía a las instituciones financieras como eje central del funcionamiento de la economía a partir de 1979. Entre ese año y 1982 se producirán giros en las políticas públicas en EEUU y Gran Bretaña con los ascensos al poder de Ronald Reagan y Margaret Thatcher respectivamente y la asunción al poder de la Reserva Federal de Paul Volcker con su impulso sobre la suba de las tasas de interés, pero sobre todo con las restricciones monetarias y la desregulación del sistema financiero so pretexto de combatir la inflación.


Entender al neoliberalismo como la expresión en “lo político” del neoclasicismo en “lo económico” como si ambas cosas fueran capaces de separarse sería un tanto incompleto. Económicamente fracasado pero política, social e ideológicamente exitoso, el neoliberalismo ha logrado algunos de sus propósitos: la reducción de la inflación, el aumento de la desigualdad, la racionalización del empleo mediante el embate hacia las organizaciones de trabajadores de todo tipo pero principalmente sindicatos, el incremento en las ganancias. Sin embargo no pudo cumplir con su promesa última de restaurar altas tasas de crecimiento de la riqueza (Anderson, 1996, pág. 6).

El neoliberalismo, la mundialización financiera, financiarización y globalización han sido términos frecuentemente usados para denotar similares procesos. En rigor han sido procesos conjuntos que difícilmente puedan prescindir uno de otro, No puede darse el proceso de financiarización sin una desregularización del mercado de capitales impulsada por las reformas neoliberales como no puede ampliarse a escalas mundiales el proceso sin la globalización. Más profundamente la noción de riqueza clásica tuvo que ser abandonada para comprender de una forma distinta como se “crea valor” (aunque sea para el accionista).

La financiarización a veces denota el cambio hacia el proceso de creación de valor para el accionista bajo el modelo corporativo, otras veces aparece mostrando el peso relativo de las finanzas en la producción de valor, otras como representación de actividades parasitarias o rentísticas de otras “productivas” con su correlato en la clase que se adueña de esas rentas y muchas otras como sencillamente la generalización de los instrumentos financieros y actores que intervienen en esos procesos (Epstein, 2005, pág. 3). Ciertamente el proceso de financiarización es todas estas explicaciones con distintas medidas.

Asistimos a una tendencia sobre un sistema financiero jerarquizado - con EEUU en la cima - , mundializado, falto de controles y regulación y unificado. Prueba de ello es la aparente separación de las esfera financiera y la producción de bienes y servicios, que continuamente el sistema intenta corregir mediante sus crisis . la concentración de sus movimientos y su libertad entendida como capacidad de liquidez de sus instrumentos.

Entre 1960 y 1979 se sucedieron algunos hechos que formaron la prehistoria del neoliberalismo. EEUU avanza hacia las finanzas por el mercado mediante los mercados off-shore de eurodólares y la comercialización de obligaciones negociables (mercado de títulos de crédito) por parte de los bancos comerciales y por otro lado mediante el derrumbe del sistema de Bretton Woods (a través de los tipos de cambios flexibles) y las políticas discrecionales de protección. Por último, la internacionalización de los bancos norteamericanos y su participación en el endeudamiento del tercer mundo junto con la aparición de los mercados de futuros y opciones (derivados) de las monedas y las tasas de interés.

Entre 1980 y 1985 oficialmente el monetarismo se adueña de la FED produciendo una liberalización de las tasas de interés y de los movimientos de capital y por otro lado los instrumentos y actores financieros cobran relevancia, se expanden los mercados de obligaciones y derivados junto con las prácticas de titularización de las deudas públicas y crecen rápidamente los activos de los fondos de pensión y de los fondos mutuales en sus propios términos y en las operaciones a nivel internacional . Ambas tendencias seguirán a lo largo de los 90´s desregulando los mercados de acciones y materias primas . (Chesnais, 2001, pág. 32)

No es un proceso donde los Estados quedan presos de sus políticas o la trampa en la que se vieron encerrados (como indica Chesnais), sino más bien es la implementación política de la no-política. No hay estados que hayan fallado en sus intentos conjuntos con el sistema financiero de otorgarles garantías, no hay una dominación de las finanzas doblegando a los Estados sino que son éstos partes centrales del surgimiento del neoliberalismo hacia fines de los 70´s.
El incremento en el peso relativo de las finanzas ha traído un cambio en las formas de maximización de beneficios por las firmas. “Crear valor para el accionista” se ha transformado en el lema de la búsqueda de beneficios contables a corto plazo y ha sido un arma importante para imponer rigor a los procesos de trabajo impulsada principalmente en los países angloparlantes - donde la porción del manejo de las corporaciones es mayormente por parte del sector financiero - y potenciada por las dimensiones de los fondos administrados por los inversores institucionales.

El consumo adopta una significación no vista en tiempos pasados y se fue transformando en el motor de crecimiento de la demanda a medida que pasan las décadas, desplazando a otros componentes como determinantes del gasto. La tasa de ahorro de los hogares estadounidenses pasa del 8 al 9,5% desde los 50´s hasta los años 80´s y cae al 1,9% en el período 2000/2003.
La contracara de este proceso ha sido el endeudamiento fenomenal de los hogares, producto de la caída de sus ingresos y, desregulación mediante, de los cambios hacia donde van dirigidas las finanzas alimentadas por el efecto riqueza que producen sobre algunos activos (Glyn, 2006, pág. 52).

Una discusión que merece darse en este contexto es acerca del papel de los incentivos individuales de firmas y gerentes, del papel de los fraudes y de los procesos de mimetización que generan desviaciones permanentes de los supuestos “fundamentos” del valor de los activos. Por un lado la historia ha demostrado que los individuos y sus acciones no son enteramente responsables por sus actos, mal que le pese al neoliberalismo, debido a que actúan en una determinada configuración de instituciones y estructuras. Solamente contemplar la realidad de esta forma debería evitar darle excesiva importancia al rol en la destrucción de capital social que tiene el egoísmo “extremo” y los errores de los “agentes” gerentes y sus “principales” propietarios. Con esto quiero señalar simplemente que el mismo funcionamiento de mercado es riesgoso e incierto y que no hay algo que lo haga seguro. En este sentido tomar en cuenta la distinción que hacía Keynes entre probabilidad e incertidumbre ayudaría, pero no habrá manera que nos lleve a la “eutanasia del rentista”. Por otro lado, el “fundamento” de un activo vuela en el aire, si los activos se valúan por las ganancias futuras esperadas no existe nada más objetivo que el “simplemente no sabemos” de la incertidumbre Keynesiana.

Las regulaciones evitarán parte de las fluctuaciones, volar bajo con los valores aminorará la turbulencia pero de ninguna manera evitará las crisis y recesiones. El sistema es incapaz de eliminar los riesgos, el riesgo sistémico no es reducible con solo intercambiar valores, precisamente porque intensifica lo que lo hace inestable, es decir, el propio mercado. Las posibilidades reales que una compañía o un conjunto incurran en pérdidas dependen de las formas de acumulación sobre las de producción y demanda y no sobre las técnicas de traslación de riesgos sobre su capital comprometido. Objetivamente no hay procesos que permitan controlar la sobreproducción y mucho menos los niveles de consumo de cada mercancía en particular en un sistema con cada vez más protagonismo de mercado. Una mera distinción entre Bretton Woods y su edad de oro versus el consenso de Washington y sus quiebres es precisamente la capacidad del Estado de bienestar para actuar como asegurador de ciertas relaciones mercantiles.

El neoliberalismo ha volcado hacia una mayor injerencia de la actividad mercantil y sobre ella ha sumado los mecanismos precisos para hacerla pender de un hilo: mayor endeudamiento, más instrumentos financieros, más actores con mayor poder, más desregularización, más inestabilidad , mayor frecuencia de crisis financieras, menor crecimiento, una leve caída del promedio anual de inflación con mucho más desempleo.

La analogía del título es falsa, la foto aún más. Simplemente un poco de marketing para una lectura de una nota que pretende ser histórica..saludos!

1 comentario:

quebrantandoelsilencio dijo...

Muy bueno el post, si bien se considera la década de los 80 como el pistoletazo de salida no hay que olvidar que las primeras economías que se neoliberalizaron fueron las de varios países sudamericanos bajo dcitaduras militares, especialmente en Chile, donde las directrices de la Escuela de Chicago (cuna ideológica del neoliberalismo)y su gurú Milton Friedman se aplicaron por primera vez de manera masiva.
Un saludo.