martes, febrero 2

El respeto por el capital de Prat Gay


El jefe de gabinete, Marcos Peña y el Ministro de Hacienda y Finanzas Públicas, Alfonso Prat Gay, protagonizaron hoy una conferencia de prensa donde hicieron parecer que las negociaciones con los fondos buitres están llevando más tiempo del previsto. Ciertamente, los juicios localizados en Nueva York son una molestia para la toma de deuda externa (algo que estuvo en los objetivos anunciados de la política económica desde el primer día que Cambiemos asumió el poder).

El Ministro señaló los esfuerzos en “avanzar en cerrar esa brecha, sobre todo con los litigantes más duros”, sin embargo, solo se anunció un pre-acuerdo con un segmento de los litigantes conducidos –no paradójicamente- por Nicola Stock, que representa a una agrupación de bonistas italianos denominados Task Force Argentina. Dijo que por orden presidencial van a “respetar el capital” y con ello sentenció el pago total del capital de la deuda comprada por estos bonistas y una negociación de intereses que equivale -según fuentes no oficiales- a 450 millones de dólares sumados a los 900 millones de capital, pagaderos al contado.

En el marco de estas negociaciones el BCRA incrementó sus reservas de un plumazo el 29 de enero pasado. Bajo el comunicado 50696, realizó operaciones de PASE con siete bancos por un monto total de u$s 5.000 millones y un plazo aproximado de 1 año contra títulos BONAR 2022, BONAR 2025 y BONAR 2027 con el argumento de entregarle mayor liquidez al sistema. Un mes atrás el BCRA se había sumado estas series de bonos mediante un canje de letras intransferibles del Tesoro por u$s 16.000 millones, el denominado Megacanje II.

Estos procesos de negociación no solo provocan un enorme costo público para su repago, sino que además destruyen el esfuerzo en materia de apoyos internacionales llevado adelante por el gobierno anterior, que tuvo sus resultados concretos en la última Asamblea General de Naciones Unidas donde solo 6 países de 183 se negaron a la creación de un marco jurídico multilateral para los procesos de reestructuración de la deuda soberana. Macro que claramente se enfocó en la reducción de la punción sobre los presupuestos fiscales, la penalización de las prácticas predatorias y especulativas de los inversores y en una mayor soberanía de los Estados para negociar.

Hoy el gobierno nacional desprecia aquel vínculo recibido por los 136 países que apoyaron a Argentina para conducir un marco regulatorio de estas prácticas. En vistas de incrementar el endeudamiento externo, en su lugar, ha manifestado respetar la totalidad del capital y renegociar intereses, es decir, reconocer los derechos completos de los fondos que iniciaron juicios en los tribunales de Nueva York y seguramente de aquellos que los iniciarán ante semejantes muestras de cordialidad hacia el capital financiero.

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